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jueves, 31 de marzo de 2011

África, objetos y sujetos

La exposición África, objetos y sujetos organizada por el Centro Cultural Cajastur en el Centro de Arte del Teatro Fernán Gómez de Madrid es sencillamente extraordinaria, cita obligada para todo interesado en la cultura del continente negro. En palabras del comisario de la muestra, Francisco de Santos, su objetivo es "profundizar en el conocimiento de diferentes objetos relacionados con el mundo de las creencias tradicionales y con los símbolos de poder en una amplia selección de culturas africanas, relacionándolos con los sujetos que las han producido para diferentes propósitos, así como mostrar las las circunstancias históricas, sociales y económicas en las que se desenvuelven los individuos y colectividades con dichas manifestaciones materiales."


El conjunto de objetos que se muestran es impresionante, tanto en cantidad como en calidad, tanto por su valor estético como documental. Se articulan en torno a dos de las principales preocupaciones de los africanos: las creencias y los símbolos de poder. Así, nos encontramos con tallas relacionadas con el culto a los antepasados; figuras de poder utilizadas para combatir el mal; máscaras; muñecas de la fertilidad; objetos funerarios y bastones de mando, entre otros. Tampoco el África contemporánea es ajena a la muestra. El recorrido por la exposición resulta una experiencia apasionante.


Muchos objetos han llamado mi atención, entre ellos estas muñecas de la fertilidad de las que os hablaré hoy. Para las africanas estos juguetes trascienden su significación lúdica para convertirse en depositarios de un poder mágico y religioso, íntimamente unido a la fertilidad. Según nos indican Maria Arminda Miranda y María de Rosário Martins, en toda África existen diferentes ritos de iniciación, símbolos y prácticas relacionadas con el matrimonio, la fertilidad femenina y el nacimiento. "En algunos casos, las muñecas son conservadas y transmitidas entre familias, de madres a hijas y, a veces, de la hermana mayor a la menor. El matrimonio no se considera consumado si la esposa tarda en quedar embarazada, pudiendo incluso ser devuelta a su familia de origen." Son, pues, elementos mágicos y educativos.




















Estas piezas que os muestro provienen de Angola. Como veis, para su concepción utilizan los materiales que encuentran a mano: una mazorca de maiz, botones, cuentas de vidrio, cuerdas, retales de tela, maderas, piedras. La primera que os ofrezco, arriba a la izquierda, proviene de los Chokwe. Está hecha con calabaza, cañas, fibras vegetales y un botón y trata de representar el peinado que utilizan las mujeres. A su derecha una muñeca también angoleña, proveniente de los Kwamatwi, confeccionada a base de cera de abeja aglomerada sobre una rama de doble punta. Representa a una joven esposa con su vestimenta, las joyas de perlas y el peinado. Las niñas las llevaban sujetas al cuerpo y eran tratadas como auténticos niños, y su finalidad es no solo peparar a las niñas para la maternidad como presentarlas a la sociedad como futuras esposas.




También proviene de Ángola la siguiente, de madera, fibras vegetales, perlas, metal, botones, tejidos y piel. Las fibras están montadas sobre un núcleo de madera. La melena está compuesta por pelo trenzado. Esta muñeca, de nombre Tyiambo formaban parte de la herencia familiar y era entregada por las madres a sus hijas en el momento de casarse. El nuevo marido cambiada entonces el nombre de la muñeca que se convertía en el primer hijo del matrimonio. La mujer la llevaba sujeta a la cintura y tenía como objetivo mejorar su fertilidad. A la derecha, una muñeca con forma de falo, del sudoeste de Ángola, realizada a partir de una madera cilíndrica revestida de cordones de fibra vegetal, adornada con cuentas de colores. También aquí el peinado imita al de las mujeres de la zona: un rulo en la parte superior de la cabeza con trenzas laterales.

Termino con las muñecas angoleñas con las dos que se encuentran sobre estas líneas. La que veis a la izquierda está hecha sobre una mazorca de maíz con madera, tela, cuentas, cuerda, tachuelas, cadenas de metal y casquillos de bala. En el sur de Ángola, la propiedad de la muñeca pasa de la madre a la hija mayor y de esta a la menor. Cuando una joven se casa la muñeca recibe un nombre, el mismo que recibirá su primer hijo, momento en el que el juguete pasará a ser propiedad de la hermana menor. La de la derecha es una rama de árbol cubierta de arcilla, vestida con telas y adornada con cuentas de colores. Pertenece a los Kwanyama, pueblos pastores y agricultores.

A la izquierda, una muñeca proveniente de Botswana, realizada con pequeñas varas de caña envueltas en tiras de fibra y cubierta por cuentas de vidrio. Rematan sus extremos dos pequeñas calabazas circulares. Los brazos son dos tiras de cuero rematadas con cuentas y un cauri, moneda tradicional. La de la derecha es característica de Ghana, típica de los Ashanti, para los que el origen de estas imágenes se encuentra en la historia de Akua, una joven que no podía tener hijos. Consultado un adivino, le aconsejó que construyera un sustituto del niño en madera que debería ser tratado como un bebé de verdad. Cuando Akua apareció en el pueblo con el muñeco fue el hazmerreir de todos, pero pronto se quedó embarazada. Desde entonces se generalizó su uso. Si no producía el efecto deseado, la mujer lo conservaba siempre y era enterrada con él.

miércoles, 30 de marzo de 2011

Jardín El Capricho de los Duques de Osuna

El jardín El Capricho de los Duques de Osuna, en el distrito de Barajas, es uno de los lugares con más encanto de Madrid y uno de los más desconocidos. Hoy de propiedad municipal, el palacio y los jardines que lo rodean fueron construidos en 1784 por Doña María Josefa de la Soledad Alonso Pimentel, XII Duquesa de Benavente y Duquesa de Osuna por su matrimonio con Don Pedro de Alcántara Tellez Girón y Pacheco, IX Duque de Osuna. La Duquesa fue considerada como una de las mujeres más inteligentes y cultas de la época, protectora de artistas, intelectuales y toreros; sus recepciones, bailes y reuniones han quedado en la memoria de la ciudad.

















Aquí los vemos retratados por Goya, de quien fueron protectores. La amabilidad con que son tratados por la paleta del pintor nos habla del afecto que este les profesaba. No hay más que comprobar la diferencia de tratamiento respecto, por ejemplo, a La familia de Carlos IV.














Aunque cuando visito los jardines se acaba de estrenar la primavera ( volveré más adelante, cuando árboles y flores estén en su apogeo), el paseo merece la pena. A los jardines se accede a través de una plaza circular donde en su día se celebraban corridas de toros. En el Paseo de los Duelistas, con dos esculturas que representan la distancia en la que han de colocarse estos para batirse en duelo, comienza el recorrido que nos llevará al palacio.












El Capricho cuenta con tres tipos de jardines clásicos: el parterre o jardín francés, el paisajista inglés y el giardino italiano. Delante de la fachada oeste del palacio se extiende el parterre, con sus setos recortados. Desconozco el nombre de este arbusto (quizá se trate de boj), tan utilizado en los jardines, pero en Asturias lo llamamos sanjuaninos. Me entusiasma su olor, me retrotrae a mi infancia. En la parte baja se sitúa el italiano, el espacio más antiguo de la finca, que mezcla los setos con rincones con árboles en los que tomar el sol en invierno o resguardarse a la sombra del sol veraniego. Cerca de éste, el laberinto, concebido para el juego amoroso y los escondites, está hecho con laurel y respeta los planos del que se plantó en vida de la duquesa. Por último, el resto del parque está concebido como un típico jardín paisajista inglés, evocando la naturaleza en su estado puro. Algunas zonas conservan un carácter boscoso, otras son praderas donde apetece tumbarse a ver las nubes pasar. Todo el jardín está salpicado de bancos de madera, aunque en muchos lugares se conservan los originales de piedra. En él abundan árboles del amor, olmos, almendros, encinas y lilos. Y pinares, donde los niños venían a recoger piñones. Ahora, el cesped está cuajado de margaritas.













El palacio -del que sólo se conservan las paredes- tiene tres plantas, rematadas por cuatro torreones. En el interior de la construcción se distribuían las dependencias del servicio pero también un majestuoso salón de baile, comedores, salones, una biblioteca que llegó a contar con 6.000 volúmenes, y las alcobas y gabinetes de los miembros de la familia. Gran impulsora de las artes, las habitaciones privadas de la familia estuvieron decoradas con obras de los más importantes artistas de la época de tal manera que El columpio, Las cuatro estaciones, La merienda campestre o La pradera de San Isidro de Goya, fueron pintados para las dependencias de la duquesa.
Cerca del palacio se encuentra el templete de Baco, una construcción de estilo clásico con planta ovalada, rodeada de doce columnas jónicas y situado sobre un promontorio que le convierte en uno de los parajes más románticos del jardín. En época de la duquesa aquí se encontraba una escultura de Venus, realizada en mármol de carrara, y el templete estaba cubierto por una bóveda decorada en su interior.












Antes de llegar al palacio, nos encontramos con la Exedra en la Plaza de los Emperadores, construida en 1834 por el nieto de Doña Josefa en homenaje a su abuela, y con la llamada Casa de la Vieja, una construcción que simula una casa rural, donde se reproducen objetos de labranza y donde se colocaron unos autómatas: una anciana, un niño y un joven bracero.











Recorre la finca un canal que rodea la Casa de Cañas, de clara influencia chinesca, donde se encuentra el embarcadero con un precioso trampantojo en el frente, representando la vista del templete de Baco a través de una ventana. Esta edificación se utilizaba como zona de descanso y merendero, y estaba ricamente decorado en su interior. Ante ella se abre un estanque con una isleta en medio y un salto de agua. Un lugar delicioso para hacer un alto en el paseo.

















Si seguimos la trayectoria del canal nos encontraremos con el Casino de baile. Hasta aquí llegaban en chaluas y barcas los invitados a las recepciones que organizaba la duquesa.














Quizá la construcción más curiosa sea "el abejero", un auténtico palacio clasicista dedicado a la cría de abejas; un cuerpo central ochavado, ricamente decorado, conecta con dos alas laterales, las destinadas a las colmenas, rematadas con sendos pabellones. Me asomo a través de las láminas de las contraventanas y puedo ver el estuco de las paredes, las pilastras y la decoración de guirnaldas sobre las ventanas. Una preciosidad.

martes, 29 de marzo de 2011

Inside Job, una película imprescindible



He visto Inside Job, y me costará olvidarla. Es más, creo que no debo olvidarla. Estoy de acuerdo cuando Carlos Boyero, en su comentario en El País, habla de que se trata de una película de terror, cuando en puridad se trata de un documental, dirigido por Charles Ferguson, sobre el origen y el desarrollo de la crisis económica que nos aplasta. Un derrumbe financiero que ha supuesto más de 20 billones de dólares (14.000 millones de euros) de pérdidas y una cantidad angustiosa de empresas quebradas y personas en paro. Una película que ves por momentos más horrorizada. Merece la pena seguir la cronología de los hechos:

En 1979 los banqueros/operadores financieros tenían salarios acordes al resto de colectivos en Estados Unidos. El sector financiero estaba bien regulado.

En la década de los 80, la revolución conservadora de Reagan desata las desregulaciones. Los operadores ganan sumas astronómicas con sus comisiones e informes. Las relaciones entre Washington y Wall Street se estrechan y se intercambian favores políticos y económicos.

En la década de los 90, ni George Bush padre ni Bill Clinton sujetan la codicia de los especuladores y aceleran la desregularización. Los escándalos financieros en Wall Street se suceden.

Durante la década siguiente las agencias de calificación fallan en sus informes sobre las economías. Todas ellas están corrompidas por el dinero de Wall Street. Basan su ideario en la dinamización del mercado a costa de cualquier merma social. Los críticos con esta política son ignorados tanto en Wall Street como en la Casa Blanca.

En 2008 estalla la burbuja. El mercado inmobiliario se desmorona. No se depuran responsabilidades. La Casa Blanca esta ferreamente controlada por Wall Street y no consiente que ninguno de los responsables sea procesado.

Obama declara en su campaña electoral su intención de volver a la regulación y depurar responsabilidades. No ha hecho nada al respecto. Muy al contrario, los principales responsables del crack ocupan los más altos cargos en la política económica del país. La Casa Blanca sigue en manos de Wall Street.

Durante las dos horas que dura el documental, Ferguson va desgranando la madeja paso a paso, entrevista a los principales responsables del crack (sus argumentos resultarían patéticos si no fueran tan desvergonzados), argumentos que el director va desmontando con datos y documentos. Una galería de ladrones de guante blanco que se han vuelto multimillonarios y siguen cobrando primas extraordinarias por hacer lo que mejor saben: arruinar a millones de personas y hundir la economía de cientos de países. Algo deberíamos hacer. Y lo primero, ir a ver la película.

lunes, 28 de marzo de 2011

Anselm Keifer, de lo insignificante a lo esencial

La historia es la siguiente: un día de la década de los ochenta tuvo lugar una reunión alrededor de una mesa entre el artista Anselm Kiefer y un grupo de amigos y colaboradores. Según nos cuenta en el catálogo de la exposición, cuando terminó la comida el mantel parecía un campo de batalla: tazas vacías, restos de platos, migas, manchas. Al contemplar este escenario surgió la idea. A partir de imágenes simbólicas y poéticas recrearía, sobre el mantel, el mito de Jason y los Argonautas. Y su trabajo derivó en esta exposición de 27 obras realizadas en lápiz sobre fotografías que podemos ver en la galería Ivorypress de Madrid.











La historia de Jason y los Argonautas "es un mito que todos llevamos dentro aún sin haber leído nada de él", manifiesta el autor. Una historia que tiene que ver con espíritu de lucha, con superación personal.











Desde el punto de vista estético, me ha gustado el tratamiento de la luz, las texturas, la calidad de las imágenes. Pero lo que más me ha interesado, por encima de su planteamiento intelectual, es su poder evocador, su carga imaginativa, el poder expresivo de los objetos y como un escenario vulgar puede derivar en un mundo complejo dependiendo de la mirada. "De lo insignificante a lo esencial", en palabras del artista.


Desconozco al autor de este trabajo, que nos muestra el estudio de Keifer en Barjac y buena parte de su obra, pero como tanto uno como otra me encantan, os lo ofrezco.

Vinicius de Moraes y Maria Creuza. Eu sei que vou te amar

domingo, 27 de marzo de 2011

Miguel Poveda "Piensa en Mi"



Magnífico Miguel Poveda.

John Gerrard en Ivorypress Art

Sow Farm (near Libbey), Oklahoma es una de las piezas del artista multidisciplinar John Gerrard expuestas en la galería Ivorypress de Madrid. Cada una de ellas resulta de una multitud de fotografías digitales, tratadas después a través de un programa de ordenador concluyendo en una reconstrucción virtual.

Las dos imágenes que encabezan estas líneas pertenecen a la misma pieza. Ha cambiado el ángulo de visión. El efecto es el de una cámara que, lentamente, girara sobre el objeto, de manera que la imagen cobra movimiento. Pero en este efecto hay algo impostado, algo irreal. Os ofrezco una muestra.



El objeto de interés de Gerrard son antiguas construcciones abandonadas, lugares desolados en medio de nada.












El efecto es enormemente inquietante. Demasiado silencio, demasiada soledad. "Gerrard construye un modelo en 3D y pone en marcha un software similar al de los videojuegos, que permite ver el edificio desde cualquier ángulo y distancia. Al igual que en dichos juegos, el paisaje se convierte en una vía para escapar de la realidad y llevar al espectador a un punto en el que puede crear libremente".













La tecnología al servicio del arte. Un lenguaje poético que capta lo enigmático, lo desolado de estos paisajes arquitectónicos. Una propuesta muy interesante.

sábado, 26 de marzo de 2011

José Caballero en el Círculo de Bellas Artes

Amanecer en Vízcar. Así se titula este cuadro que forma parte de la serie dedicada a la muerte de Federico García Lorca, un impresionante conjunto de obra en papel firmada por José Caballero y que se expone estos días en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Caminos de papel. 1951- 1991, es el título de esta completísima exposición que nos permite hacer un recorrido desde los comienzos de su devenir informalista hasta la plena abstracción. Obra sobre papel, que no obra menor, muy al contrario. En estos cuadros está todo el poderío de Caballero, su coraje expresivo, su fuerza, su lirismo, su extraordinaria sensibilidad, su gran talento de pintor mayor.

Luto por un personaje desconocido. La pintura de Caballero bebe de Zurbarán, de Goya, se hermana con Tapies, con Juan Gris, con Picasso en algunos cuadros. A mi me sobrecoge como pocos. Hay algo dramático en su pintura, un desgarro, un intento permanente de ahondar más y más.





















A veces su pintura es amable, como esta Mesa en gris, pero siempre sobria, exacta, una belleza de volumen y color. O este precioso dibujo, Objeto musical. Pero a mi la que más me emociona es aquella en la que palpo su grito, su desgarro, esos trazos gruesos negros que parecen golpear la superficie del papel o del lienzo, la profundidad de sus círculos negros, las salpicaduras rojas, como sangre. Los dibujos dedicados a la muerte de Lorca me sobrecogen. Y aquellos en los que mezcla grafía china, un amontonamiento de signos. Más gritos.


"El tiempo se hace oquedad perpetua en los dibujos abstractos de Caballero, se entristece el tiempo de la desmemoria, nos abruma el desamor, se escucha la palabra pedernal y se acompasa el péndulo funeral del corazón mientras permanece vivo todavía el deseo del artista de yacer sobre el lecho candente de la noche. El alma azul y vegetal de José Caballero impregna esta exposición que persigue las huellas fugitivas del pintor por los caminos, a veces enloquecidos, en ocasiones devastados, de la libertad y la belleza" escribe Luis María Anson en el Cultural del diario El Mundo.

Os ofrezco un recorrido por la exposición. Si tenéis ocasión de visitarla, no la dejéis pasar.