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lunes, 27 de septiembre de 2010

Torimbia, Toranda, Niembro. Playas de Asturias


Torimbia, una de las playas más bonitas del oriente asturiano. Se accede desde Niembro, un pequeño y precioso pueblo en la ladera de una loma. Al alcanzar la cima, se recorre un breve trayecto entre prados y matorrales hasta llegar a la cumbre del monte. Todavía se puede caminar algo más allá, a través de un estrecho sendero en el monte que se adentra en el mar y separa Torimbia de la vecina Toranda.














Camino por el sendero, entre genistas y unos macizos de flores moradas, helechos y matorrales hasta el final del acantilado. Me detengo en el punto en que el monte se precipita hacia el mar. El espectáculo es fantástico. A la izquierda, Torimbia, a la derecha, Toranda. A ambos lados, recortándose nítidamente en el horizonte, la costa de Asturias. Y a mi espalda, la Sierra del Cuera.














Muy cerca del puerto de Niembro se encuentra una pequeña playa que me sirvió en muchas ocasiones de refugio, durante las largas temporadas que, en otro tiempo, pasé en estas tierras. Se accede a ella a través de un pequeño sendero escondido entre árboles y matojos. Es un lugar recoleto, aislado, cuya soledad solo se ve interrumpida, muy de tarde en tarde, por algún pescador. Sobre estas rocas, escuchando el mar batir.













La iglesia de Niembro se levanta en una pequeña península sobre la playa, precedida del cementerio, de forma que, cuando sube la marea, queda unida a tierra por una estrecha franja, rodeada de mar. Es un lugar mágico. Al fondo, en el puerto, barcas amarradas, nasas, algún pescador.














Entablamos conversación con un hombre de mediana edad, bajo, más bien grueso, camina despacio apoyado en un cayado. Parece algo desconfiado y responde a nuestras preguntas con parquedad, observándonos furtivamente. De repente parece cobrar confianza y nos ofrece visitar la iglesia, identificándose como el antiguo sacristán.


















El interior es blanco, luminoso; tiene el encanto naif de algunas iglesias de pueblo, pero lo que no tiene desperdicio es el retablo. Nos cuenta el hombre que el original se quemó hace tiempo y el que observamos es obra del tallista de la zona y de él mismo, carpintero de profesión. El pueblo, según él, está encantado con el resultado, aunque algunos piensan que el ángel tiene demasiada pluma.


En su compañía visitamos la sacristía (llama nuestra atención sobre la cantidad de casullas del párroco) y le sigo por una estrecha escalera hasta el campanario, desde donde se contempla una preciosa vista del cementerio y el mar. En un asturiano cerrado, no siempre fácil de entender, me cuenta que la escalera resultó de un intercambio con el párroco: él se comprometió a hacerla a cambio de un viaje a Italia. Me habló entusiasmado de Siena, Venecia, Milán, Roma, de las maravillas de Florencia, de la Galería de los Uffizi. Un personaje.

2 comentarios:

  1. Dijimos:

    Es que... si uno considera Asturias debe concentrase en el "extremo oriente"...
    Asturias termina en Ribadesella, el resto son tierras conquistadas a Galicia...
    Ni si te ocurra ir más lejos. Caravia, Colunga, Villaviciosa no existen. /concentra tus pasos, tus miradas, en el "extremo oriente"...
    Ni se te ocurra pasar la frontera...
    A Oviedo solo a "arreglar papeles"...

    Añadimos:

    Gracias por compartir con nosotros todo lo bello que acá tenemos y…plasmarlo de manera tan linda.
    Hasta playas que no existen, que no son playas…( gulpiyuri )
    Para cuando?
    Se vé que lo vives.

    ¿Qué haces una chica como tú en un Madrid como ese…?
    Eres nuestra…

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  2. Gulpiyuri está a punto de salir, Fernando Comas, no me seais impaciente.
    Yo también me pregunto que hago tan lejos de mi tierra. Qué desastre¡

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